domingo, 28 de febrero de 2010

El pechiche de Rorro

Pásalo por Facebook Rorro siguió midiendo sus pasos a la orilla del lago, adelantándose con pasos poco esforzados que lo hacían parecer como si la única cosa que padecía de sentido en su mundo, era seguir perturbando la serenidad de las rocas ancianas que aunque mucho vivían poco hablaban y mucho menos pensaban. Su mirar estaba enamorado del suelo, a simple vista su cuerpo cabizbajo y sus hombros poco erectos reforzaban la imagen de un perro arrepentido que en busca de bocado alguno, no encuentra más saciedad que seguir buscando un pechiche en piedra y camino, piedra y camino y lago. El siguió bajando, su alma enredada con tristeza que lo acusaba de no comprender en realidad lo que estaba mal con él. Que dicha alguna podría tener rorro al terminar en esta orilla de lago, sin que nadie lo mirase él se fusionaba con este viaje de peregrinaje. Por qué el lago para él era la respuesta, era aquel biberón que tapa su llanto, que lo consuela y lo pechicha. Entre paso tras paso él se detiene en la boca más onda, donde sus oídos cayeron cansados de mirar tanto silencio, y sus huesos dormitaron de escuchar tanto cansancio. Aquí el dejo de mirar como usualmente los hombres miran y es que el cambio en su vida había finalmente llegado; y es que él pudo ver cambiar al lago, el logro presenciar como el lago se desvestía ante sus ojos vespertinos para después ponerse su mejor vestido y abrir sus piernas para darle la bienvenida a rorro quien escucho su llamado y desnudo de alma pero vestido de necesidad como estaba, salto a la orilla y tropezando las aguas abrazadas logro zambullirse.
Rorro cambio sus costumbres, su forma de respirar lo ahogaba y su actitud hacia sus extremidades parecieron haberse mudado a otro espacio fuera de su cuerpo torpe y viejo, él ya era parte del lago. Tibio ya sus glúteos eran y continuando comprendiendo lo que le había pasado. Él se obligó a aceptar su nueva forma.
----“yo soy el que devuelve el olor a lo que tu hombre robas cada segundo y a lo que yo llamo hogar. Como una nutria ando yo viviendo porque traspaso con zambullidas y duermo con roroñeos que no despiertan a nadie. Mi casa es la mejor casa, mi lago es mi único sustento. Tan natural como es defecar en el mismo lugar que cría a mis generaciones y procrear en el único espacio donde me zambullire por última vez para dar mis restos a lo que alguna vez me los entrego, ya que mi ser no me pertenece desde que la madre me lo dio, es necesario devolvérselo a la madre. Si alguna vez fui rorro yo ya me arrepiento por haber tenido que calarme lo que yo nunca pude entender. Mis razones no estaban a favor de mis necesidades, ni mi palabra gozaba de importancia. Es por eso que la pena que yo lloraba esta ahora llorando frente a lo que ya no existe, frente a lo que yo deje atrás en esa costa pedregosa; solitaria y carente de moros, si porque no había ni uno solo en la costa excepto de mis rocas a las que nunca pude apreciar con mayor placer. ¡ pechichadme lago, pechichadme lago! Soy ahora el que tiene la respuesta ya que me di cuenta por fin que por no conocer el significado de mi filosofía, no significaba que yo no lo padecía”

Riky

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