martes, 21 de abril de 2009

Múltiples comienzos - Dement

Pásalo por Facebook De las costumbres.


Tararea tus sentidos y piensa en todo lo que has leido porque tus pensamientos son los unicos invasores hostiles en tu cuerpo asi que no dejes que otros pensamientos llenen de virus los tuyos, sé mas precavido e inteligente al momento de ponerte a pensar en todo lo que crees que es real y no lo es.

Olvida el pasado y el futuro y, porque no, el presente ya que el presente es tan corto que ni para que ponerle nombre, pero tan extenso que tuvimos que hacerle dos ramificaciones, el pasado y el futuro, todo por lo que has vivido siempre ha sido el tiempo perdido de lo que no has hecho y ahora para que recordar lo que nunca hiciste ni haras ni dejaras de hacer y seguiras haciendolo hasta que te des cuenta de que no estas haciendo lo que quieres hacer sino lo que tus pensamientos quieren que hagas, sino no tendrias esta vista tan antropomorfica y literal de la vida, solo serias una persona mas de miles que ahi y miles que habran.

Empezando la vida, estos pensamientos dominaron la mente de algunos animales, entre ellos las guacamayas, estas son las mas exoticas aves que ahi en el planeta tierra, ya que tienen un pensamiento mas de lo normal y sus condiciones fisicas son como las de 1000 atletas perfectos multiplicados por cada pluma del cuerpo de la guacamaya, estas increibles aves tienen e pico encorbado y alargado para oler en sentido del viento y no contrarestar las condiciones fisiologicas de este.

Para terminar, sin fin, todo esto es para que no me muera viejo y termine leyendo en una mesedora mis historias (como ciertas personas), sino compartirles mis IDEAS, no mis pensamientos, pues mius pensamientos dañarian los suyos y podrian hasta afectar su vida como la conocen y entienden asi que diviertanse y sigan como estan que van mal, y mientras abren los ojos miren mi blog algo les servira leanlo, hasta que la muerte los separe de su cuerpo (nunca)!!

http://cabezatropiezo.blogspot.com/

lunes, 20 de abril de 2009

Múltiples comienzos - Lala

Pásalo por Facebook Del Encuentro.

Orígenes -

Mi padre me llevó al lugar donde siempre solía contarme historias de la tribu, era el único momento que teníamos juntos, pues él junto a los otros viejos sabios, son quienes protegen y defienden nuestras tierras de invasores, además que es un excelente médico, aunque no el mejor de la Tribu. Tomó asiento en su altar tallado en oro y madera, como siempre lo hacía, y entonces con la más abrumadora de las voces empezó a entonar palabras, era como si todo el recinto se llenara de la redundancia de su voz, y así empezó.
- Querido hijo, está no es ninguna de las historias antiguas que suelo contarte, y vaya como desearía que lo fuera. Los profetas de la tribu predijeron que todo el territorio será invadido por hombres nunca antes vistos en todo el continente venidos de tierras que van más allá de lo que conocemos como mar, y su único objetivo: Muerte, destrucción y oro.-
-Mi cuerpo quedó retumbado en el tiempo al oír las catastróficas palabras de mi padre. La angustia más aniquiladora de las que había llegado a sentir se tomo hasta el último de los rincones de mi cuerpo ¿Más allá del mar? ¿No se suponía que eso era imposible? ¿Y por qué venían a matarnos? ¿No podrían negociar nada más? Eso que creí haber oído, eso de que la paz siempre reinaría en nuestras tierras, ahora se suponía que se destruía pedazo a pedazo como, un pequeño arrastrado por las poderosas corrientes de los ríos, como pez a punto de convertirse en comida para nosotros. Y continuó
- Nuestra única posible salida, nuestra última y pequeña esperanza para salir de esto, querido hijo, es luchar por nuestra vida, vendrán al próximo solsticio y nos superan en número y poder, Hijo mío, el destino que alguna vez en tu vida te dieron a conocer, no es más que una pequeña simple historia, ahora cualquier cosa puede pasar, siempre recuerda confiar en todo lo que este a tu alrededor animales, amigos, flechas y sobre todo en ti mismo.- Su voz quebranto un poco. Mi padre salió del recinto sin decir más nada, siempre presentí que este momento alguna vez llegaría a mi vida, ese momento en el cual toda la paz que creí conocer se convertiría en sangre y soledad.

Al llegar la noche era como si cada segundo que pasaba se convirtiese en un siglo y hasta más, la noche se hizo inmensa, y al parecer no solo para mí, toda la tribu se tornaba aturdida por la más reciente predicción. A la mañana toda la tribu se preparaba, aunque faltaran unos largos 3 meses, los niños y mujeres aprendían estrategias de luchas, y yo creyendo que jamás me tocaría luchar, ¡Ja!- Bufe para mis adentros. Los aventureros y defensores cazaban y buscaban alimento para satisfacer las necesidades de los próximos guerreros, yo no era la excepción, me la pase todo el día entrenando y aprendiendo para hacerme fuerte. Esa noche después de comer a pedazos un jaguar que habían cazado mi padre y sus compañeros de caza, caí en un profundo sueño. Tuve un sueño que al fin y al cabo no pude entender al llegar el amanecer. Soñaba que me encontraba en mitad de la selva, me sentía agitado aún en el sueño, como si hubiera corrido por mucho, y de repente al ver los cielos contemple la más grande de las aves que me pude haber imaginado, esta conocía nuestro lenguaje se comunicaba, y al detallarla mejor pude saber que se trataba de una Guacamaya gigante, no le entendía lo que trataba de decirme, pues era tanta la angustia que no captaba nada, aunque oía una que otra palabra pero no le encontraba un sentido completo, en fin, desperté agitado tal cual me sentía en el sueño, de no ser porque sabía que era un sueño, hubiese gritado muy fuerte.

Ya era de mañana, la tribu se disponía a realizar las mismas actividades que el día anterior y así pasaron los días y noches durante los próximos tres meses nada de descansos, una que otra noche se repetía una y otra vez el mismo sueño, que sueño tan extraño, jamás lo entendí, los videntes se encontraban demasiado ocupados como para estudiar el sueño, predicando a los habitantes sobre sus destinos, la respuesta siempre era la misma… Muerte.
El tiempo que habían predicho los profetas llegaba a su final y el solsticio de verano hacia su aparecer en el nuevo periodo que nos esperaba. Ya con un poco de experiencia me disponía a cazar unos peces en el río, cuando de pronto oí un sonido proveniente del tallo de un árbol de guayaba que se encontraba a unos pocos metros de mi, era el cotorreo de unas guacamayas que se posaban para destrozar una guayaba que recién había caído de las cadenas de su rama. Y entonces lo ví, era un hombre totalmente extraño, no se parecía a ningún nativo proveniente de las tierras del continente, utilizaba un atuendo que le cubría todo el cuerpo, era muy alto y al parecer fuerte, portaba una especie de lanza cubierta de metal en casi toda su superficie, supuse que era su arma, dijo algo hacia las guacamayas, no lo pude entender, su lengua era de lo más extraña, como el idioma de los dioses. Al parecer no me había visto, las guacamayas se posaron donde se encontraba en invasor y luego hacia mí, el invasor aun así no se percato de mi presencia, recordé entonces una historia que me contó mi padre donde relataba que las guacamayas al no saber la lengua ni el olor de alguien que las rodea, estas huyen sin más prejuicio, era como algo sagrado y sabio de ellas. Al acercarse a mí una de ellas tomo una hoja y recogió agua del rio para rociármela. Entonces de alguna extraña y mágica manera las comprendí, me dijeron:
- Hombre sabio, alejad aquél destructor que por la severidad de su dictamen, vigilamos sus intenciones, y os prometemos La Humildad de la Guayaba y la Timidez de las Hojas
Aturdido y confuso solo se me ocurrió responderles:
- Majestuosas profesas, dicho el hombre su decisión por tomar de ustedes el último aliento, ha tomado su arco de timbre y ha brotado un brillo de maldad en sus ojos. De él depende mi gente, mi pueblo.
- Sabed, hermano, que Él te ha dado la Razón y el Medio y que sólo a Él compartirás de tu agua.
Supe entonces que este invasor que estaba cerca de mi sólo cuidaba que nadie de la tribu escapase, pues los otros, ya la habían encontrado, y con esto robado, masacrado, asesinado y destrozado. Entonces les dije
- Quisiera yo no temer a mi patrono, más de mi depende...
Respondieron. - Nos compadecemos de ti hermano, el asaltante ha robado de ti tu instinto y no eres más que una cascarilla temblorosa.
- Perdonad mi temor, más aquél ha arrancado todo lo mío. Las guacamayas al oír estas últimas palabras. Se acercaron y me dijeron con toda la sutileza posible
- Sabed hijo de esta selva, que Él ha contado cada racimo de plátano que se te ha sido arrebatado y por cada flor de yuca que te ha robado recibirás siete veces de Su misericordia.
Recordé las palabras de mi padre “Ahora en tu destino cualquier cosa puede pasar” y ahora lo entendía, mi destino se convirtió entonces en ser el único sobreviviente de mi tribu y volar y pasar los años cuidando y protegiendo a estas hermosas aves. De repente una nueva sensación nació en mi, era como si ahora tuviera alas y pudiese volar, voltee la mirada hacia las aves rojas que ahora me observaban en espera de una respuesta a la nueva sensación en mis adentros, entonces así fue, un coraje sin remordimientos me lleno de todo y volé junto a ellas, ahora invisible al parecer, y me uní a ellas.

Múltiples comienzos - Ricky

Pásalo por Facebook TRANSFER.

De La Metamorfosis.


Parte I -

Incomodando el silencio con mis voces tartamudas que se derraman desde la primera torpe hebra de cabello hasta pasar al eco nunca jamás recordado en el último poro de mi cara, que se queja a gritos por mi desatención, murmurando entre exhalaciones un reclamo que ignora este mudo amor que yo siento por él, este sólo no se puede imaginar como sería mi máscara social si éste abismo enésimo no hubiera sido como mis ojos fingen verlo.

Y que decir del agradecimiento que se manifiesta a la desgracia de mi morfología atómica. Este pegamento que una mis hebras de mi ser al danzar expidiendo eyaculaciones de luz que sólo se podría gozar de presencia al tratar de profanar mi pecho y vigilar lo que el monte está por mostrar.
Siéntanse cómodos mis colegas mas cercanos, y encuéntrense atentos a mi descomposición que abre la gran fiesta del festín de las hormigas culonas.

Estos ahora son mis más allegados ya que estoy ahora en cada uno de ellos y me siento libre al presenciar sus perfectas pisadas y su sensualidad que me torna curioso al saber de ella en un tamaño tan diminuto. El cielo que ahora veo con colores nutridos ahora me saluda en mi nueva apariencia excepto por este olor a fango que casi me marea al tratar de practicar mi nuevo y novedoso caminao’ que estoy compartiendo calurosamente con esta multitud de individuos que forman un bullicio por un trozo gigante de oreja al cual acabo de echar un vistazo hasta que este olor fragante se manifestó en el ponzoñoso frenesí, solo dejé que mis extremidades hicieran su trabajo siguiendo el tan singular rastro que terminó por cegarme y paralizarme encima de una montaña de electricidad perpetua que encontré en el lomo de esta hembra tan negra como yo y tan negra como la oscuridad en la que estoy ahora con mis ojos bien cerrados ,¡sigan bebiendo y bailando sobre el cráneo de este hombre! Yo recogeré mis antenas y dejaré secar mis fluidos corporales hasta que mis fuerzas renazcan al amanecer. …continuará.

viernes, 17 de abril de 2009

Múltiples comienzos - Bebé

Pásalo por Facebook De Cuando las Guacamayas volaron.

Relato.

La guayaba cayó en el suelo fértil, las plumas revolotearon al precipitarse cuatro guacamayas a su posible aperitivo. Un hombre dijo: "Haré de estás guacamayas los mejores collares con sus plumas adornándoles con piedras y lubricándoles en aceites de diestro árbol."- El indio lo miró, sabía que el delfín no saltaría dos veces en el mismo río. La guayaba vió voraces picos comer de su ente, cumplía su ciclo y dijo: ¡Gracias Dios por enviarme al servicio y así he de subir más allá de vuestros magníficos tallos hacia un lugar profundo entre Tú y Él". Las guacamayas bebieron del vino y masticaron el pan, dijeron a las hojas:"Verdes hermanas, dejad limpiar nuestros picos y contad a todos que de ustedes, cuatro guacamayas, han limpiado sus bocas antes de partir". Las hojas con desdén bajaron sus ápices y sus bordes se mancharon de caldo. Desde ése día, las hojas cuentan con pena de cuando dudaron ante las que llenaron de inspiración sus vidas. Las guacamayas volaron cerca a ése quién plantó su pie con resolución y, como no conocían la lengua del invasor, se posaron cerca a un riachuelo donde descansaba su cabeza el Indio que no entendía ni a su patrón ni su progenie. Las guacamayas dijeron:"Hombre sabio, alejad aquél destructor que por la severidad de su dictamen, vigilamos sus intenciones, y os prometemos La Humildad de la Guayaba y la Timidez de las Hojas". El Indio aturdido, recordando la lengua de las aves que lo llamaban versado, se precipitó a decir con un acento manchado de extranjero -"Majestuosas profesas, dicho el hombre su decisión por tomar de ustedes el último aliento, ha tomado su arco de timbre y ha brotado un brillo de maldad en sus ojos. De él depende mi gente, mi pueblo". Una de las guacamayas tomó una ancha hoja y con ella tomó agua del riachuelo. Volando, regresó a donde el Indio y le dió de beber. Entonces las guacamayas recitaron -"Sabed, hermano, que Él te ha dado la Razón y el Medio y que sólo a Él compartirás de tu agua". El Indio lustró sus mejillas de lacios sollozos y dijo:" Quisiera yo no temer a mi patrono, más de mi depende..." Las guacamayas le interrumpieron y dijeron:"Nos compadecemos de tí hermano, el asaltante ha robado de tí tu instinto y no eres más que una cascarilla temblorosa"- el Indio respondió: "Perdonad mi temor, más aquél ha arrancado todo lo mío". Las guacamayas acercaron sus picos y dijeron con dulzura:" Sabed hijo de esta selva, que Él ha contado cada racimo de plátano que se te ha sido arrebatado y por cada flor de yuca que te ha robado recibirás siete veces de Su misericordia". El Indio ensanchado de coraje tomó sus alas y voló junto a las guacamayas.