viernes, 17 de abril de 2009

Múltiples comienzos - Bebé

Pásalo por Facebook De Cuando las Guacamayas volaron.

Relato.

La guayaba cayó en el suelo fértil, las plumas revolotearon al precipitarse cuatro guacamayas a su posible aperitivo. Un hombre dijo: "Haré de estás guacamayas los mejores collares con sus plumas adornándoles con piedras y lubricándoles en aceites de diestro árbol."- El indio lo miró, sabía que el delfín no saltaría dos veces en el mismo río. La guayaba vió voraces picos comer de su ente, cumplía su ciclo y dijo: ¡Gracias Dios por enviarme al servicio y así he de subir más allá de vuestros magníficos tallos hacia un lugar profundo entre Tú y Él". Las guacamayas bebieron del vino y masticaron el pan, dijeron a las hojas:"Verdes hermanas, dejad limpiar nuestros picos y contad a todos que de ustedes, cuatro guacamayas, han limpiado sus bocas antes de partir". Las hojas con desdén bajaron sus ápices y sus bordes se mancharon de caldo. Desde ése día, las hojas cuentan con pena de cuando dudaron ante las que llenaron de inspiración sus vidas. Las guacamayas volaron cerca a ése quién plantó su pie con resolución y, como no conocían la lengua del invasor, se posaron cerca a un riachuelo donde descansaba su cabeza el Indio que no entendía ni a su patrón ni su progenie. Las guacamayas dijeron:"Hombre sabio, alejad aquél destructor que por la severidad de su dictamen, vigilamos sus intenciones, y os prometemos La Humildad de la Guayaba y la Timidez de las Hojas". El Indio aturdido, recordando la lengua de las aves que lo llamaban versado, se precipitó a decir con un acento manchado de extranjero -"Majestuosas profesas, dicho el hombre su decisión por tomar de ustedes el último aliento, ha tomado su arco de timbre y ha brotado un brillo de maldad en sus ojos. De él depende mi gente, mi pueblo". Una de las guacamayas tomó una ancha hoja y con ella tomó agua del riachuelo. Volando, regresó a donde el Indio y le dió de beber. Entonces las guacamayas recitaron -"Sabed, hermano, que Él te ha dado la Razón y el Medio y que sólo a Él compartirás de tu agua". El Indio lustró sus mejillas de lacios sollozos y dijo:" Quisiera yo no temer a mi patrono, más de mi depende..." Las guacamayas le interrumpieron y dijeron:"Nos compadecemos de tí hermano, el asaltante ha robado de tí tu instinto y no eres más que una cascarilla temblorosa"- el Indio respondió: "Perdonad mi temor, más aquél ha arrancado todo lo mío". Las guacamayas acercaron sus picos y dijeron con dulzura:" Sabed hijo de esta selva, que Él ha contado cada racimo de plátano que se te ha sido arrebatado y por cada flor de yuca que te ha robado recibirás siete veces de Su misericordia". El Indio ensanchado de coraje tomó sus alas y voló junto a las guacamayas.

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